viernes, diciembre 15, 2006

DO TEMPO E NOSSA MORTE










Amavamos a distância
aquela precisa medida da prudência
por isso nos matávamos
para viver um tempo em outra estrela
para escorregar a astucia de seus gestos e os meus
tão cheios de coincidências e admirações
mas as veses tão distantes
tão adoravelmente distantes
que em cada frase dita nos consumia o nojo
de quem sabe que sabe

Amavamos a ignorancia
porque mancava à nossas costas
e gozava de nós de frente
como a infamia do deus que nos abençoa nas sombras
aproveitando-se do medo ao fim

A amavamos pelo que ela implicava:
a angustia de Fausto por a morte do pequeno mundo
Mas riamos e do futuro
aquele que agora acaba
para nós ou assim nós queremos
com o fim de evitar o desconsolo de uma dor sem sentido

Se nos acaba o tempo
mas se nos aumenta a historia
a bondade se volta infinita em nossos gestos escorregadios
mas de nada serve porque já estamos mortos
e estamos perpetuados por completo
em a plenitude da outra estrela
por adorar os saberes sobre a vida
que agora nos impedem viver



Traducción: Alejandra Molina Aedo.

7 comentarios:

Benito Boutique. Moda ecléctica para todas las edades dijo...

Quiero dar las gracias a Alejandra, una amiga de la infancia que en estos momentos se encuentra en el estado de Santa Catarina en Brasil, que tradujo de muy buena gana este poema al portugués.

SALUDOS.

Anónimo dijo...

Felicitaciones por el poema "Del tiempo y nuestra muerte". Es un gran aliento para seguir con el oficio de historiadora con afanes de poeta, lo que por supuesto siempre contribuye a no olvidar que la literatura simpre debe estar coquetiando con las Ciencias Sociales para embellecer el oficio de quien se dedica a escribir acerca del tiempo y de nuestras muertes...
María Eugenia.

VISITA: www.cleh.tk

(círculo latinoamericano de estudios hermenéuticos)

Unknown dijo...

Ánimo, todos esperamos ansiosos verte leer el día viernes….

Nos vemos…

Geork dijo...

"Se nos acaba el tiempo/ se nos agranda la historia". Todo tiene un fin, al menos eso decimos los mortales.
Quizá escribimos por miedo a la finitud, como un acto desesperado ante el indefectible día en que dejemos de respirar. Como si eso nos hiciera en cierto modo, inmortales.

visítame.

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Niño Proletario dijo...

Qúe mono más feo, ¡por Dios!,
y el mantel, perdón, el vestido, ¡uf!

Gabriela dijo...

Se acabó el sabor?