miércoles, mayo 10, 2006

¿Cuándo el cuerpo es más natural, vestido o desnudo?

Según Mario Perinola (1991) existen dos consideraciones históricas opuestas que el hombre ha tenido con el cuerpo, donde se pone en juego la naturalidad o no de este, las que se expresan en la tradición judía y la tradición griega.
En la primera es el cuerpo vestido el que constituye la naturalidad del hombre. El ropaje le confiere el ser en cuanto lo diferencia de los animales y le otorga su dignidad, siendo la desnudez percibida como negativa, vergonzosa e indigna, como una falta de “algo” que se debiera tener.
En la tradición griega por otra parte, es la experiencia de la desnudez la que se expresa como ideal ético y estético (era lo que los distinguía de los demás pueblos). Acá la figura humana desnuda deja de ser lo vergonzoso o indigno pasando a adquirir un valor religioso, que le otorga a la claridad y transparencia del ver un papel determinante.
Con Platón la concepción de verdad como exactitud de la mirada, adquiere la significancia en la desnudez; alcanzar la verdad, quitarle el velo.
Existe pues, un tránsito entre las vestiduras y la desnudez, entre lo visible y lo invisible; el erotismo. Es este “entre” que no excluye ni la vestimenta destinada a la salvación, ni el desnudo consagrado a la perdición, el que revelaría la real designación del concepto griego de “verdad” (aletheia), que según Heidigger, sobrepasa el significado griego de exactitud en la mirada, afirmando que es esa negación (a-letheia) la que haría que el concepto denotara tanto una ocultación como un desvelamiento. Por lo tanto, la “verdad” griega no sólo implicaría la predominancia de la desnudez, sino un trayecto, un tránsito entre esconder y desvelar.
La respuesta de que si la naturalidad del cuerpo se da en el vestido o el desnudo, quizás podría encontrarse en este “entre”, el cual sería el rompimiento de la jerarquía y la exclusión entre un cuerpo desnudo y otro arropado, ya que ambas tradiciones son convenciones metafísicas, según Perinola, donde esta rígida dualidad no posibilita un tránsito, y por ende una verdad que conlleve su real significado etimológico.
Sin embargo, considero que hay un mayor sentido en afirmar que no existe una relación natural inmediata con el cuerpo, que este es siempre una mediación cultural e histórica con la cual nos relacionamos con el mundo. El cuerpo es una conciencia circunscrita en un tiempo y un espacio, a través de la cual tenemos representaciones del mundo que nos afecta. Con esto, la tradición que afirma que las vestimentas constituyen la naturalidad del cuerpo, es propicia, por ser estas una construcción cultural que se naturaliza, pero hay reproches hacia ella, al concebir a la desnudez como una instancia que se debe de castigar o maldecir.
Entonces, la naturalidad del cuerpo no constituye un punto de partida, sino que hacia donde se llega luego de un disciplinamiento cultural e histórico.

Pintura: "Apocalipsis" El Greco.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Interesante sería buscar la visión que tienen los pueblos originarios de este continente sobre ese punto. Una vez escuché en Venezuela un indigena que dijo: "Nosotros no usamos tanta ropa como ustedes, porque no tenemos nada que ocultar."

Gabriela dijo...

¿Cuándo el cuerpo es más natural, vestido o desnudo? Para mi ciertamente la respuesta es desnudo.
Cuando dices: “El ropaje le confiere el ser en cuanto lo diferencia de los animales y le otorga su dignidad”, me acordé algo que escuche o leì o vi en tv… lo importante es que decía algo como por ejemplo, si tienes a un juez, sacerdote, un albañil, o un ladrón, desnudos se verán todos iguales, no podrás saber cual es cual y la igualdad sería insoportable. Como dice aquel dicho “el hábito hace al monje” o el “como te ven te tratan”.

Muchos Saludos
pd: recibiste mi mail con la receta?

Benito Boutique. Moda ecléctica para todas las edades dijo...

Sí, si me llegó gracias myriam.